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................. puntos de inflexión ...

*/ Miopía poética ...

<strong><font size=4>*/ Miopía poética ...</strong></font>

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Puede parecer rotundo, pero la miopía es poética y creativa. Y es que ver la realidad borrosa te da pie a crear una realidad mejor. El mecanismo es sencillo, si no lo veo claro... veo lo que quiero, y de este modo te puedes crear una situación ideal, un mundo mejor. El que lo ve todo con precisión está atado a lo real... es así y no le puede dar más vueltas. Sin embargo la miopía te abre una puerta a la imaginación, y puestos a imaginar, por favor, imaginemos lo mejor.

Es como aquel, miope de calidad, que al otro lado de la plaza se quedaba absorto y atrapado por los encantos femeninos que dislumbraba, y ya enamorado, y se puede decir que excitado, se acercaba hacía "esa forma femenina" disfrutando de su belleza y soñando con su amor en un romance idílico ... hasta que al llegar y situarse enfrente comprobaba que su objeto del deseo era su amigo Ramón, aprendiz de fontanero y con bigote desde los catorce...

Pero que la miopía crea poesía nos lo ha demostrado Lilian Vieira, la voz cantante del grupo Zuco 103, que al final de su actuación nos revela su miope secreto. Y es que nos cuenta que...
"...es maravilloso... la noche... y aqui desde el escenario veo el mar... belliiisimo... y bueno no me he puesto las gafas... y llevo toda la actuación viendo una maravillosa luna llena... y ahora me doy cuenta que es un reloj... ¿Donde está la luna? ..."
Y todos, con risas cómplices, señalándole al cielo, al lugar donde debería haber un escurrido cuarto menguante que casualmente había quedado oculto tras alguna nube, justo al lado contrario de la esfera luminosa del reloj del paseo que marcaba en ese momento las doce y media de la noche. Pero... Lilian cantó todo su recital con el embrujo de la luna llena que ella veía sobre el mar. Y eso se nota...

Si no hubiese sido por su miopía no habríamos disfrutando de su voz bajo el influjo de la luna llena, porque bastó que la viese ella para que todos, aunque sea por un momento, la sintiesemos, e imaginásemos que el reloj era la luna...

Yo... por mi parte, simplemente me quité las gafas...

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