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................. puntos de inflexión ...

*/ Visible silencio...

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foto nisu.-

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Versos finales del poema


"nieve nocturna"

Jorge Teillier
  



 

Para mirar la nieve en la noche hay que cerrar los ojos,
no recordar nada, no preguntar nada,
desaparecer, deslizarse como ella en el visible silencio.


   

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5 comentarios

Viaje de las palabras -

Gracias por tus visitas y apreiar mi debilidad por Jorge Teillier, conosco su obra hace muchos años, desde mis primeros años de universidad. Además que es el autor favorito para regalar poemas a mi novia.
Un abrazo y saludos desde Chile.

Eya -

Yo me uno a la noche de nieve con este poema propio:

Blanco sobre negro.

La noche va iluminando
los capullos blancos del cielo.

Esperando que se abran
las flores blancas,
en el cristal de la ventana,
hacemos estanques
con nuestro aliento.

Iris -

Este otro es de un poeta italiano, Salvatore Quasimodo, a propósito de la nieve y la noche:
Nieve

Cae la noche: de nuevo nos dejáis,
oh imágenes queridas de la tierra, árboles,
animales, pobre gente encerrada
en los capotes de los soldados, madres
de vientre aridecido por las lágrimas.
Y la nieve nos ilumina desde los prados
cual luna. Oh, estos muertos. Golpead
en la frente, golpead hasta el corazón.
Que grite al menos alguien en el silencio,
en este blanco cerco de enterrados.
Quería compartirlo con vosotros.

nisu.- -

Felipe, gracias por poner el poema completo.
Lo conocía, y también sé que Jorge Teillier es tu "debilidad".
Si he puesto solo los últimos versos es porque quería plasmar tan solo un instante... un instante parecido al que quise plasmar sacando la foto...
Gracias por tus aportaciones, te leo... eres una visita obligada.
Gracias y salud.-

Viaje de las palabras -

Comparto contigo el poema completo, Jorge Teillier es mi poeta Favorito, desde hace mucho que me acompaña y claro.. siempre lo releo encontrando nuevos sentidos a sus palabras.

Nieve Nocturna.

¿Es que puede existir algo antes de la nieve?
Antes de esa pureza implacable,
implacable como el mensaje de un mundo
que no amamos, pero al cual pertenecemos
y que se adivina en ese sonido
todavía hermano del silencio.
¿Qué dedos te dejan caer,
pulverizado esqueleto de pétalos?
Ceniza de un cielo antiguo
que hace quedar sólo frente al fuego
escuchando los pasos del amigo que se fué,
eco de palabras que no recordamos,
pero que nos duelen, como si las fuéramos a decir de nuevo.
¿Y puede existir algo después de la nieve?
Algo después
de la última mirada del ciego a la palidez del sol,
algo después
que el niño enfermo olvida mirar la nueva mañana,
o mejor aún, después de haber dormido como un convaleciente
con la cabeza sobre la falda
de aquella a quien alguna vez se ama.
¿Quién eres, nieve nocturna,
fugaz, disuelta primavera que sobrevive en el cerezo?
¿O qué importa quién eres?
Para mirar la nieve en la noche hay que cerrar los ojos,
no recordar nada, no preguntar nada,
desaparecer, deslizarse como ella en el visible silencio.