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................. puntos de inflexión ...

*/ Abismo ...

<strong><font size=4>*/ Abismo ...</strong></font>

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Y al salir, y llegar al descansillo, es cuando encontró el abismo a sus pies. Cada escalera era un salto imposible, un precipicio detrás de otro, una segura caída sin fondo. Y nervioso volvió a entrar a casa, buscó unas clavijas y la cuerda de escalada, y pensó en como hacer un descenso desesperado... Aseguraría la cuerda a la barandilla, alguna clavija fija en el primer escalón, dejaría caer la cuerda... Pero comprobó que la cuerda de 50 metros no le permitía descender siquiera el primer peldaño. Escuchó ruidos, alguna puerta de un vecino que se abría, y le entró pánico al pensar que le encontrasen con una cuerda en la mano. Volvió a entrar en casa, cerró, se apoyó con la espalda en la puerta y de inmediato sintió de golpe todo el vértigo acumulado, como si todo su cuerpo temiese caer en otro abismo, éste interior, del que no conoce el fondo. Sus manos soltaron la cuerda, y se sintió como el que se suelta de una barandilla al borde de un precipicio. Corrió a su habitación, se sentó sobre la cama, las lágrimas no le dejaban ver los números que marcaba...
- ...
- Oye... entonces...
- No puedo...
- Pero... ¿Estás bien?...
- Sí... si, no... no sé...
- ...
- Es que no puedo... salir de casa. Me es...
- Tranquilo...
- Es que no puedo salir a la calle... No lo puedes entender...
Y lo peor de todo es que le puedes entender... Le puedes entender que al colgar vaya al baño a buscar el bote de las pastillas que le adormecen la ansiedad. Y puedes entender que se encamine a por ellas con ese miedo a girar la mirada. Tenso. Porque ni de reojo quiere ver la cuerda, que forma en el suelo una espiral graciosa. Junto a la puerta.

 

 

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1 comentario

Saf -

Se puede entender.
Y se puede uno apenar por ello.
Hace unos días acompañé a alguien a una terapia de coadicción (las personas que han vivido con drogadictos o alcohólicos desarrollan una especie de síndrome, le llaman coadicción y, a menudo, necesitan ayuda psicológica para superarlo). Allí, en esa sala atestada de tristezas, esfuerzo y voluntad... había una ex-cocainómana que hablaba de sí misma como "drogadicta" aunque llevaba más de dos años sin tocar la droga.
Contó algo terrible: cómo le había costado un esfuerzo bestial, una vez que fueron a visitarle a su piso dos amigos, servir un café y tratar de seguir la conversación al mismo tiempo. Pasó dos días vomitando, después.

Así que entiendo que esa cuerda enrollada asuste y desearía (y cruzo los dedos por ello) que esa persona lograra poder saltar por encima.

Un abrazo,

Saf ;-))