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................. puntos de inflexión ...

*/ En una playa calma ...

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"En una playa calma"
es una canción de

Manolo García

incluida en "Para que no se duerman mis sentidos"

  


En una playa calma

Como el hombre de los hielos acechando
en la negrura de un bosque de coníferas
sentí, no sé por qué, congoja y soledad
aquella mañana de tormenta,
aquella mañana de tormenta.

Miraba cuadros que eran puertas cerradas,
recostado en un diván de hotel de una ciudad del sur,
no sé en qué año, quizá en el noventa.
Conmigo mismo, a solas,
y sin saber darme descanso.

Si hubiera podido echar ancla
a resguardo de alguna playa calma.
En un florecer de inviernos
lejos del mar abierto, varado de espaldas al alma...
Mas fue tan raudo el vuelo,
tan cambiante el señuelo,
tan rápida la batalla...tan rápida la batalla...

Salió el sol y fue peor.
Un viento negro arremolinando las adelfas
cuajaba mi ánimo espacial
y me lanzaba a navegar entre aerolitos
a través del ventanal con cortinajes.
A través del ventanal.

Como un hombre de los hielos
(un rudimentario arco y cuatro flechas)
alentado por la inexplicable tentación de la existencia.
Volvió a encapotarse el cielo.
Como la vida. Luz, penumbra, luz.
Conmigo mismo, a solas y sin saber darme descanso.

Si hubiera podido echar ancla
a resguardo de alguna playa calma.
En un florecer de inviernos
lejos del mar abierto, varado de espaldas al alma...
Mas fue tan raudo el vuelo,
tan cambiante el señuelo,
tan rápida la batalla...tan rápida la batalla...

En la linde del bosque recostado
en mi melancolía instalado como para siempre.
Y a lo lejos la llanura amarilla
iluminada por un escueto sol de invernadero.
Sobre el asfalto, el estrépito de la ciudad, latiendo.
Sobre el asfalto escuchaba,
hipnótica, tu voz diciendo: no sigas sufriendo.



 

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1 comentario

Rosarosae -

A LA NAVE

"¿Qué nuevas esperanzas
al mar te llevan? Torna,
torna, atrevida nave,
a la nativa costa.

Aún ves de la pasada
tormenta mil memorias,
¿y ya a correr fortuna
segunda vez te arrojas?

Sembrada está de sirtes
aleves tu derrota,
do tarde los peligros
avisará la sonda.

¡Ah! Vuelve, que aún es tiempo,
mientras el mar las conchas
de la ribera halaga
con apacibles olas.

Presto erizando cerros
vendrá a batir las rocas,
y náufragas reliquias
hará a Neptuno alfombra.

De flámulas de seda
la presumida pompa
no arredra los insultos
de tempestad sonora.

¿Qué valen contra el Euro,
tirano de las ondas,
las barras y leones
de tu dorada popa?

¿Qué tu nombre, famoso
en reinos de la aurora,
y donde al sol recibe
su cristalina alcoba?

Ayer por estas aguas,
segura de sí propia,
desafiaba al viento
otra arrogante proa;

Y ya, padrón infausto
que al navegante asombra,
en un desnudo escollo
está cubierta de ovas.

¡Qué! ¿No me oyes? ¿El rumbo
no tuerces? ¿Orgullosa
descoges nuevas velas,
y sin pavor te engolfas?

¿No ves, ¡oh malhadada!
que ya el cielo se entolda,
y las nubes bramando
relámpagos abortan?

¿No ves la espuma cana,
que hinchada se alborota,
ni el vendaval te asusta,
que silba en las maromas?

¡Vuelve, objeto querido
de mi inquietud ansiosa;
vuelve a la amiga playa,
antes que el sol se esconda!"
Oda de Andrés Bello.
Salut.