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................. puntos de inflexión ...

*/ Individuo ...

<strong><font size=4>*/ Individuo ...</strong></font>

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Cada persona crea sus códigos personales de comunicación, es decir, denomina de una forma personal y concreta su mundo, y lo que en él acontece, y, dándole la vuelta, lo que acontece en el mundo, lo expresa con las palabras que conoce y utiliza, pensando siempre, que las que ha usado son las correctas. Y finalmente, el mundo son sus palabras.
Un buen ejemplo es una anécdota de adolescente. Ocurrió que un amigo que venía de Hernani, se había topado con un accidente de circulación, dos vehículos empotrados en un cruce. Mi amigo al pasar junto a ellos veía que los gestos entre ambos conductores eran de clara discusión; brazos alzándose y agitándose, miradas directas y recriminatorias, acercamientos y alejamientos acalorados. Pero mi amigo venía intrigado porque al pasar junto a ellos vio que uno de los conductores era un denominado “casero”, es decir un habitante de un caserío, de ámbito rural y cultura más apegada a la madre tierra; y éste apuntando con el dedo a la cara del otro no cesaba de repetir:
”¡ Individuo... más que individuo !!! ... ¡ Qué eres un individuo !“.
Mi amigo me decía que lo que más le llamaba la atención es que empleaba la palabra "individuo" como el insulto más duro y grave con que podía calificar a su contrario. Es decir, lo decía como si estuviese diciendo: "¡hijoputa... más que hijoputa! ¡Qué eres un hijoputa!" o cualquier otro insulto de este tipo que cualquiera podría utilizar.
La curiosidad nos traspasaba y no lográbamos entender porque para insultar a otra persona gravemente se le podía calificar de “individuo”.
Para ser sinceros he de decir que esa tarde tuvimos que tomar un par de copas de moscatel y unas cuantas pocas caladas de “humo de la risa” (un par de caladas... que si no da mucho sueño) para poder entender la clave del calificativo. Y también es verdad que resolver ese problema léxico fue una de las grandes satisfacciones que compartimos desde entonces. Posiblemente nos gustaba ejercer de "investigadores de la mente" entre trago y trago, y calada y calada. Una forma como otra cualquiera de pasar el tiempo en un bar haciendo a la vez "filosofía".
Nos dimos cuenta de que cuando alguien anónimo hace algo bueno se le califica de “persona”, pero si alguien anónimo hace algo malo, en las noticias, en la radio y/o en los periódicos, se le califica de “individuo” ... No hacía falta más que coger un periódico para darnos cuenta de la dimensión de insulto que tomaba esa simple, para nosotros, palabra...
Así, un individuo es ese pedazo de cabrón que armado a punta de pistola atraca una sucursal bancaria, una farmacia, una joyería o una gasolinera, hiriendo de gravedad a dos empleados. Solo un individuo es capaz de ser tan desalmado como para acceder a una vivienda, violar a una anciana, y robarle todo el dinero que durante los últimos veinte años había guardado bajo su colchón. Solo un individuo es tan malo como para ponerse una gabardina y gafas oscuras y ponerse a pasar droga en la puerta de un colegio. Solo un individuo es capaz de matar a su madre de cuatro navajazos y tirarla seguidamente por la ventana. Solo un individuo no se corta un pelo, para escondiéndose detrás de su anonimato, apoderarse de las huchas de unos niños que postulaban para el “domun”...
Resumiendo, pensar en la cosa más mala, cruel o sádica que podáis imaginar... bien, pues eso solo es capaz de hacerlo un “individuo”... un “hijoputa de individuo”. Dime si no es un insulto con lógica ... con muy buena lógica. Sútil porque no se percibe su dimensión exacta, pero con una lógica simple y aplastante.
La segunda parte de la historia es lo divertido que nos resultaba ver la cara de la gente cuando a partir de entonces, entre nosotros, para insultarnos contundéntemente (de broma), nos señalábamos con el dedo frente a frente y con muy mala-ostia nos decíamos ”¡ Individuo... más que individuo... !” La gente no tenía ni idea del pedazo de insulto que nos estábamos propinando... no tenía ni idea del código mental que estabamos usando...

  

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