*/ ¿Hasta qué punto? ...
... foto nisu ...
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Sentimiento intrincado
Pako Aristi
¿Hasta qué punto estamos dispuestos a escuchar nuestras propias verdades?
Alguien capaz de preguntárselo debe tener el valor de aceptar la respuesta, porque hay verdades letales como un foco explosivo, cuya onda expansiva, por muy leve que sea, puede generar el mayor de los traumas.
¿Hasta qué punto quiere verificar una esposa que su marido se va de putas?
¿Hasta qué punto un joven está preparado para conocer el grado de decepción que ha provocado en sus padres?
¿Hasta qué punto una pareja reconoce que su relación es de una monotonía insoportable?
¿Y no sé hasta qué punto estamos dispuestos a rebasar la delgada línea que va entre decir “¡Esto es lo que yo quiero!” y dudar “¿Es esto lo que yo quería?”
Que la gente vive de prisa, con la faena, el recreo y las horas de sueño programadas, no tienen ni quieren tener tiempo para nada.
El tiempo es el enemigo número uno, porque supone adentrarse en una tierra fértil que genera inseguridades como parásitos.
El hombre desocupado es como una flor de raíces enfermas.
Todo lo sacrifica por la supervivencia. No se pregunta nada que pueda quebrar su equilibrio, y acepta mentiras que sirven para todo para evitar la derrota, ya intuye hasta dónde alcanza lo conveniente.
Confía en saber cuando ya sea tarde.
Porque la verdad es el valor y la tragedia sin fondo, y la mentira, en cambio, una coherencia cobarde.
Sin embargo, ¿No es también ese temor un afán que nos acerca al camino del conocimiento, un hermoso atajo para alcanzar la verdad?
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9 comentarios
Octubre -
¿Qué es la verdad? Yo es que no lo sé, por lo tanto no sé qué tendría que buscar y encontrar.
Y eso de "conocerse a sí mismo" me parece la manera más eficaz para nunca conseguirlo.
Yo creo que nos damos demasiada importancia individual.
Otra opción de vida podría ser ejercer de actor de nosotros mismos. El teatro no es la verdad, vale, pero tampoco es mentira.
Saludos.
Ahimsa -
Me parece muy certero lo que dices nisu: "El acto más revolucionario es ser sincero con uno mismo"
Está claro que ahí es donde se ve una auténtica persona con ganas de crecer de cambios... nada fácil por cierto, pues como también dice Sangon y lo pienso y lo vivo de esa manera, "prefiero mil sufrimientos de verdad, que una vida perfecta basada en mentiras"
Gracias, a seguir con el trabajito.
Un abrazo cálido al mundo-mundial
Levemente -
Coincido también en la opinión de que, más tarde o más temprano, el-la que se esconde ... acabará encontrándose con quien verdaderamente es, y no me quiero ni imaginar el cataclismo resultante.
Saludo puntual.
nisu.- -
Y "que el tiempo sea el enemigo" es una forma de llegar a la conclusión que tú señalas... es decir... creo que muchas veces, para algunos, es mejor llenar el tiempo de "cosas" y "cosas rutinarias que hacer", porque si tienes "un tiempo contigo mismo"... sabes que te vas a encontrar, y hay mucho miedo a encontrarse uno consigo mismo porque ves que te has convertido en un extraño... o incluso en tu enemigo, porque te has engañado, porque no llevas una vida sincera contigo mismo. Ante ese temor la salida de "la supuesta vida normal" es adecuarse a un montón de mentiras que hacen olvidarte de ti mismo.
Hay una forma de vivir mecánica que funciona imbuyéndote en un programada rutina continua... para no enfrentarte "a los problemas de verdad" que hay en base de tu vida. Es como una técnica del avestruz, pero en vez de meter la cabeza en el suelo, lo que haces es meter la cabeza en un continuo transcurrir de acciones que a lo que algunos llaman la "vida normal"... y que sirven, y están perfectamente diseñadas, para alejarte de ti mismo, de lo que te afecta, de tu vida sincera.
Llegamos a lo que señala Sangon... que una vida auténtica necesariamente pasa por enfrentarte a la verdad. Y ser sincero con uno mismo te reconcilia con tu vida.
Y por supuesto Carmen que lo malo que "tiene el truco" de ignorarse, es que uno, quiera o no quiera, hay un instante en que acaba encontrándose, y mirarse a la cara duele.. de hay las ostias que nos llevamos.
Posiblemente el acto "más revolucionario" que uno lleva a cabo es... ser sincero con uno mismo.
(Y, tal vez, si cada uno hiciese ese "íntimo trabajo" sería más fáciles otro tipo de revoluciones que socialmente tanto nos hacen falta, y de las que algunas nunca han llegado a cuajar, tal vez porque se inician "desde afuera" y habría que empezarlas "desde muy adentro").
No sé... creo que con la persona que quieres, o aprecias, lo primero que tratas ser es sincero, sin ocultarte... siguiendo ese principio tal vez deberíamos querernos y apreciarnos más... a nosotros mismos. Sernos sinceros y no ocultarnos de nosotros mismos.
¡Sé tu mismo... con tu propio mecanismo!
Salud.... y todo eso...
Anónimo -
Yo prefiero las preguntas y prefiero las respuestas cargadas de verdad aunque eso suponga saber de decepciones,conocer la amplitud de la monotonía y tener la certeza de que mi marido conoce los olores de otras camas.
En fín, al menos eso creo porque a veces me pueden las inseguridades.....jajaj
Me ha gustado tu blog
Felicidades
carmen -
Gracias a esta página por existir.
Sangon -
¿De que sirve vivir una mentira?. Si yo digo a alguien: "Cuanto te quiero" y no es verdad, ¿no es lo mismo que si ese instante no existiera en mi vida?, y un montón de instantes así conforman una vida vacia.
Prefiero mil "sufrimientos" de verdad, que una vida "perfecta" basada en mentiras.
Levemente -
Sí hay hombres y mujeres (los menos ciertamente) que tienen con perdón- los cojones y ovarios suficientes para hacerse esas preguntas o permitir que otros se las formulen directamente; para plantearse hasta qué punto están dispuestos al después que traerá el cruce de esa frontera redonda que viene a actuar como un ábrete sésamo; para mirarse frente al espejo sin máscara alguna, plantando cara, y pecho, a la miseria que se contiene o que se vive. Y sólo entonces, ¡oh maravilla! podrá aflorar toda la belleza que cualquiera también posee ... o vive ... o experimentará.
El tiempo es el enemigo número uno, apunta el autor. Y no lo niego. Pero ... ¿Acaso también no sería uno mismo el primer enemigo, aún desconociéndolo?
mía -
nos sorprende el fin....
Pero que nadie nos quite
la ilusión....
besos,muchos besos